La inseguridad parece convertirse en hechos habituales. Dolorosamente habituales. Y una de las víctimas, en las últimas horas fue la actriz Inés Estévez.
En una carta publicada en su cuenta de Facebook, la actriz y cantante dejó fluir sus sensaciones, tristes, resignadas y a la vez combativas, por el momento vivido.
“Anoche mis piernas decidieron volver hasta casa caminando desde Palermo. Solía ser una práctica habitual hace unos cuantísimos años, eso de caminar a paso vivo por las noches cuando Buenos Aires se pone aireada en verano. El caso es que estando cercana a una perpendicular a Álvarez Thomas, (no puedo discernir cuál) salieron de la más absoluta nada dos pibitos. Cuando digo pibitos digo pibitos. Quienes, evidentemente puestos de acuerdo de antemano, se dedicaron, uno, a tironear la cartera que llevaba al hombro, mientras el otro intentó un golpe duro (no acierto a dilucidar con qué, no era un arma) a la altura del estómago”. Así comenzó su relato, de lo que fueron dramáticos segundos, minutos… una eternidad.
En esta realidad que parece no encontrar solución, el miedo y la inseguridad se dan la mano… se asocian en un triste combo que lastima y nubla cualquier sensación de esperanza… “Cuando llegué mis hijas dormían plácidas. Me llamaron la atención dos cosas: una, que todo el episodio había transcurrido en el más absoluto silencio, ni ellos ni yo proferimos sonido alguno; la otra, que una vez en casa, sentada al borde de la cama de mi hija mayor, lloré como una nena, pensando que dentro de 5 o 6 años tendrán la edad de esos chicos con los que tuve que boxear para defenderme de no se sabe qué. Me duele un poco un pie, bastante el estómago, y mucho, mucho, el mundo”.