Natalia Oreiro realizó una nota con la Revista Caras en la que no se privó de hablar de nada. Desde Ricardo Mollo, su marido y padre de su hijo Merlín Atahualpa, hasta sus secretos para cuidarse física y estéticamente. Pero hubo algó más insólito en su reato y es la gran colección de inodoros del mundo.
La tapa impactó por su decisión de hacerla a cara lavada. Sincera, natural y sin rollos, Natalia habló de las sensaciones que aún hoy, tras 17 años juntos, le sigue provocando su marido, a punto de cumplir los 60: "No parece que tuviera esa edad, porque su espíritu es el de una persona muy joven. Uno debería aferrarse al niño que lleva en su interior siempre". Pero más allá de ese niño, la actriz lo sigue viendo seductor... "todo el tiempo. Y no solo me genera a mi esa sensación de verlo sexy, cuando vamos por la calle, mujeres de todas las edades le gritan 'Mollo te amoooooo'".
El dinero fue otro de los temas que abordaron en la nota y sobre eso también fue directa... en reconocer de qué manera afectó la plata su vida: "Yo desde los 12 años que trabajo. Ganaba más que mis padres. De los 12 a los 16 hice 36 comerciales en el Uruguay. Era la cola de todos los jeans del momento. Hacia desfiles y comerciales de ropa interior. El secundario lo hice a la noche. Y no lo terminé porque me vine a Buenos Aires".