EL REGALO DE GUSTAVO SOFOVICH QUE SELLÓ LA PAZ ENTRE SU PADRE Y LUIS VENTURA

Tuvieron fuertes diferencias... Gerardo Sofovich y Luis Ventura supieron pararse en veredas diametralmente opuestas. Se dijeron cosas terribles, que lejos de acercarlos, les fue marcando claramente un camino que terminó en la justicia.
Algunos años después, Gustavo Sofovich pudo ser el mediador de la distancia y el enojo, y lo hizo con un regalo a la altura y la sensibilidad que nadie pudo imaginar.
En algún momento, consultado ante un desenlace fatal, Gerardo Sofovich aseguró "Nadie tiene la vida comprada. En el caso que le toque a Ventura, yo no rezo, pero tendré pensamientos por el bienestar de su alma. Por otro lado, yo estoy pateando el cajón donde está enterrada su carrera".
El destino quiso que quien "se fuera de gira" primero sea Sofovich y Ventura, supo encontrar las palabras para su despedida... "Me parece que se va un grande del mundo del espectáculo y una persona muy guerrera, que ha tenido mucho desencuentro conmigo, pero eso no quita que yo lo respete como un grande".

Las vueltas de la vida, los años, la madurez y el caminar hacia un destino de mayor tranquilidad, llevó a que el encuentro que no se pudo dar con Gerardo Sofovich, se diera con su hijo Gustavo.
Fue a mediados de 2016, que Ventura y Gustavo mantuvieron una entrevista profunda, dura, pero de acercamiento a mediados de 2016, para el programa "Secretos Verdaderos".
Después, el lazo habría comenzado a hacerse más firme y terminó con Luis Ventura sentado a la mesa de "Polémica en el Bar" durante todo 2017.

Por eso no resultó extraño que este último viernes, el primero de diciembre de 2017, Luis Ventura y Gustavo Sofovich compartieran un almuerzo en la esquina de Fitz Roy y Gorriti... un almuerzo en el que celebraron este año de trabajo juntos y del éxito que fue esta "Polémica en el Bar" de América.
Hubo brindis por la continuidad en 2018 y un regalo de Gustavo para Ventura, que marcó definitivamente la paz entre la memoria de su padre, Gerardo Sofovich y el periodista.
Gustavo le obsequió a Ventura, 10 pares de gemelos, esos que tanto amaba Gerardo y que diseñaban su coquetería y elegancia a la hora de vestirse. Esos 10 gemelos de oro y brillantes, sellan definitivamente la paz y la armonía de una relación que no pudo solucionar sus diferencias en un café, pero que su sangre, la de Gustavo, pudo limpiar y firmar la paz, entregando algo que va más allá de su valor económico, y tiene que ver con el valor del corazón y los sentimientos.