Tiempos nuevos se avecinan en la vida de Celeste Cid... Tiempos de redescubrirse y dejarse llevar por nuevos desafíos. Hace apenas algunos días anunciaba en sus redes sociales que se "retiraba de la novelas por un ratito, a por otros espacios nuevos", y tal vez esosespacios se resuman en el expresarse desde la palabra generada, pensada y buscada por ella.
Hace apenas unas horas, desde sus redes sociales habló de lo que le pasa en estos tiempos de incertidumbre, dolor, desconcierto y profundo aprendizaje... "Estamos ante un momento, y posiblemente sea uno de los más importantes a nivel 'civilización' que nos toque presenciar, atravesar... en donde queda por demás demostrada la importancia de la solidaridad, el cuidado y la responsabilidad -propia y ajena-. Siento, a mi humilde entender, y quizá como modo de rescatar la parte positiva de esto, que este sacudón viene a descorrer muchos velos. El velo de sociedades con abismos de desigualdades, el velo de la cotidianidad, del Tiempo, del Ocio, de la relación con la naturaleza y el vínculo que establecemos con ella,
el velo de sistemas que nos dejan muy desamparados, de los intereses qué quedan expuestos en las personas que no cuidan a quienes dependen de si -viendo en tantos casos cómo quieren sacar ventaja, aquellos, aún hasta con el último suspiro-".
Correr velos, comenzar a ver lo que quizá estaba ante los ojos y no se veía o esos mismos ojos no querían ver... crecer... respetarse... reconocerse... "Los sistemas capitalistas nos han empujado en el tiempo a la extrema individualidad, a la competencia y aislamiento como condición constante en pos de aquella hiperproductividad en la cual estamos metidos -y lamentablemente por la cual muchas veces se nos valora: servimos tanto como funcionamos a la maquinaria de turno, y cuando no, somos 'materia descartable'. Y no. Eso no es así. Por supuesto.
Me niego rotundamente a colaborar con ese pensamiento e ideología, porque ante todo somos humanidades, y eso hay que cuidarlo. Somos una y la misma cosa, y no hay idealismos románticos en esto, es una sensación muy rotunda que queda puesta en escena ante nuestra mirada".
Pero además habló de aquello que le da esperanzas en medio muchos que perdieron la capacidad de valorar al otro... "Sumo, también, a la fuerza a la cual me abrazo cuando siento enojo o decepción: el instinto de cuidado y de protección que surge movido por los hilos del Amor, de la buena fe... del Espíritu, con mayúsculas. Correr velos, revisar... nombrar... pedirnos que no cerremos los ojos, y que rescatemos lo bueno; me da esperanzas. 🌱".