Laura Fidalgo es un huracán... Habla, se mueve, ejecuta cada una de las cosas que se le ponen en la cabeza... va por sus sueños y por sus proyectos... Sabe de las cosas difíciles porque las vivió en carne propia, pero... no se quedó en el dolor y mucho menos en la dificultad... fue por todo, con trabajo, esfuerzo y la terca convicción de que iba a poder lograr lo que quisiera.
Así logró su inolvidable tapa para la revista "Interviú" de España... No tenía un peso, estaba viviendo de prestado y su objetivo de poder pagarle la casa a sus padres... se estaba haciendo un imposible, y ella, no se lo podía permitir."Yo estaba en Europa convocada por Lino Patalano junto a Hernán Piquín y no tenía un peso. Para cobrar el trabajo que habíamos hecho teníamos que esperar. Le pedí a Lino que me bancara una semana más de hotel, sino me quedaba en la calle. Le pregunte a una amiga cual era la revista más importante de allá, ella me dijo: ‘Interviu’ que era la que mejor pagaba y salí corriendo al kiosco a comprar una. Me fije en la revista, la dirección y quien la dirigía, me tomé el subte y allí fui".
Laura estaba decidida a todo. No lo dudó un segundo. Tenía que conseguir esa tapa y salir adelante... Y así lo contaba en una charla profunda con Alejandra Rubio para su programa "Intimamente" que se escucha por Radio Rivadavia. "Llegué a la editorial y les dige que quería ver al director de la revista. Les digo: ‘Yo soy la mejor bailarina de la Argentina’ jajaja. Me hacen pasar y me vendí con todo. Yo era mi propia manager. Era Lizza Minelli y Madonna juntas jaja. Le mostré quien era, que había hecho y le dije que quería hacer esa tapa. Sin dejarlo ni hablar, ni respirar, giré y le puse una pierna en la pared. Le seguí hablando con la cabeza puesta en la pierna. El tipo habrá dicho esta piba está totalmente cucú".
A Laura ya no le quedaban pasos de baile para convencer al Director de la revista "Interviú"... era el último esfuerzo... y puso todo de ella para conseguirlo. "A mí no me importaba, era a todo o nada. Yo pensaba: ‘los ladrillos, los ladrillos. El albañil. Voy a terminar la casa como sea.’ Doy otro giro, me abro de piernas y le digo: ‘Yo te hago la tapa con medias de red, zapatillas de puntas… Yo te hago la producción. Vos me das el dinero y yo me encargo. No lo deje hablar. Era una ametralladora. Y de repente me dijo: ‘bueno’. Salí de ahí y me sentí Manu Ginobili ganado la NBA. Así conseguí la tapa y les termine la casa a mis viejos".