Hablar del "Tirri" es ir directamente a su complicidad con Marcelo Tinelli, sus reacciones divertidas y un costado más ligado al show, pero hace algunas horas, en un diálogo íntimo, profundo y sin red, Luciano Giugno, a sus 55 años, desnuduó su alma, su vida y su historia en una charla con Sebastián Soldano para Infobae.
"Yo me consideraba un tipo que chupaba mucho, y en un momento dije: 'Si no freno ésto, chau'"... Así, "El Tirri" comenzaba a desandar una de las confesiones menos esperadas de un tipo asociado a la risa y no a una situación extrema como la que enfrentó hace algunos años y lo llevó a tocar fondo... "Yo tenía una empresa productora acá, y como productor llevé a Charly (García) y a Fito (Páez) a Bogotá, Colombia... Todo sould out. Tremendo. Nos fue bárbaro... No me acuerdo de nada. Lo único que me acuerdo fue entrar al cuarto, eso fue un día viernes y me desperté el domingo, con las uñas pintadas con el dibujo de una nota musical... el Skype delante mío y Mimi llamándome por el skype".
Esa situación lo llevó a verse al desnudo y en la forma más cruel... eso era lo que era, ese hombre que le devolvía el espejo, y aunque no le gustara... era él: "Yo no atendía el Skype. Estaba medio sin ropa. Me preguntaba qué pasó, qué había hecho en esos dos días... Ahí decidí hacer una promesa. ¿Podés creer que estaba entrando al Aeropuerto de Bogotá y había una iglesia divina?. Me arrodille y dije: 'Jesús te prometo que si yo llego vivo, no tomó más'. Nadie me creía. Llegué y no tomé más. Ahora, el 23 de octubre, cumplo 10 años sin tomar una gota de alcohol. Nada".
Buceando en su interior, sabía que iba a encontrar los motivos que lo llevaron a golpearse de una manera tan brutal... pero también pudo ver que el alcohol no era la salida. "Parte del problema mío que yo tomaba, era por no poder asumir que no fui el padre que vi en casa... Duro, pero es verdad".