Hablar de Adriana Brodsky es inevitablemente pasar por su trabajo junto al querido Alberto "El Negro" Olmedo, su papel de "La Nena" en "La peluquería de Don Mateo" de Gerardo Sofovich o ir un poquito más atrás y recordar la publicidad de televisores Hitachi... censurada por la dictadura militar... "Fue fabuloso. Duró dos días nada más y me cambio la vida. Todavía me dicen Hitachi que bien se te ve, jajaja. Era la publicidad de un televisor donde éramos cinco chicas en la playa. Jóvenes, lindas, en bikini. Teníamos lindos cuerpos. Y no sé qué pasó, no había nada sexual ni pornográfico, era sensual. Pero la censuraron y la gente empezó a enfocarse en mi cola y todo explotó. Jamás imaginé que me iba a convertir en sex symbol".
Pero Adriana tiene mucho más allá de sus personajes y su carrera, y en una nota con Alejandra Rubio para "Intimamente", ciclo que se emite por el aire de Radio Rivadavia, habló de una infancia que la marcó y le fue mostrando el camino para salir adelante... siempre. Desde los 13 años tuvo que salir a ganarse el pan para llevar a su casa. Fue cadete, trabajó en una peluquería lavando el pelo de las clientas, trabajó en un bazar y en una agencia de turismo... "Tuve que dejar el colegio para ayudar en casa. La economía nuestra era un desastre y yo no quería estudiar. En realidad no podía estudiar. Requería mucho dinero: carpetas, hojas, libros. Además, estudiaba danzas: tenía que tener zapatillas de punta, zapatillas de media punta, la malla. Al colegio iba y venía caminando porque no teníamos dinero. Fueron muchas las carencias en esa época".